lunes, 19 de agosto de 2013

¿Por quién debería sentir respeto? ¿Por los saqueadores del país? ¿Por aquellos que durante decenas de años ejercieron el poder sólo para unos cuantos robándose lo que pertenece a todos? ¿Por los malversadores de la Historia? ¿Por la Iglesia y sus infiernos armamentistas?
¿Por el país del Norte que se traga a diario a miles de los míos? ¿Por su política global que deglute sangre y carne para producir mierda?

¿Por quién debería sentir respeto? ¿Por el hombre de ideales que se endeuda hasta la piel por un automóvil nuevo? ¿Por los comerciantes que roban peso por peso? ¿Por los delincuentes de cuello blanco que planean saquear nuevamente al país? ¿Respeto por la Madre Patria, por la España que malgastó lo robado?

¿Por los enajenados que se espantan ante el erotismo y se sacian en la venganza y en la muerte? ¿Por los pastores de iglesias trasnochadas que aseguran escuchar a Jesucristo? ¿Por los padres que tienen tantos hijos que no ven a ninguno? ¿Por las madres que acuchillan a sus hijos? ¿Por sicarios estupidizados con drogas duras y con telenovelas? ¿Respeto por los medios de comunicación que alardean la supremacía de los blancos? ¿Respeto por los funcionarios que no funciona? ¿Por gobernadores que no gobiernan? ¿Respeto por la cruzada contra el hambre? ¿Respeto por la madrastra tecnología?

¿A quién debemos implorar que nos perdone? De vivir siempre bajo el sol que nos alumbra. De cara al destino de la vida. Sin nada más que con lo que llegamos. ¿Cuál es el pecado, la falta, el crimen, que nos aquejan por querer un mundo sin hombres lobo más que en la imaginación? Queremos un mundo con agua. Un mundo de frutos. Un mundo de niños y niñas libres. Un mundo de adultos solidarios. Un mundo en donde fallar también sea posible, y que aprendamos a reconocer esos errores y apoyarnos en la red que son los otros, para no caer.

Pero esto ya no será posible. El mundo cree sostenerse en su poder de interpretación. He ahí la trampa mortal. Despídanse del Homo Sapiens, del Homo Faber, del Homo Ludens, del Hombre que crea Dioses. Nuestra gramática se reduce a términos de máquinas. Las políticas genocidas serán cada vez más duras y frecuentes. Como lo pronóstico José Saramago –El mago- nos espera un macro infierno para la mayoría, y un micro paraíso para la minoría. No te preocupes, si no tienes en tu cuenta bancaria un millón de dólares, no serás la minoría.

¿De quién debe venir nuestro salvoconducto para vivir? ¿De los poderosos que masacran la mente de millones?  ¿De Monsanto? ¿De la Nasa? ¿Del Ejército Mexicano? ¿De la Guardia civil Suiza? ¿Del Papa? ¿El dinero no es el Dios de todos?


Trato de palpar al ser humano y lo siento muy cerca. Pero dudo mucho que exista la energía suficiente para la gran empresa. La gran empresa que es socavar todas las instituciones, valores, creencias y determinismos conocidos hasta ahora para refundar un nuevo horizonte. No existe la suficiente energía colectiva. No hay la inteligencia comunitaria para impulsar un último estirón hacia el arte de la libertad. Yo defino el arte de la libertad como el arte de bien morir.  Y ya estoy en espera de que vengan por mí. A acusarme de traidor por creer que la poesía está en el centro de todo, aunque no la vean.

Ricardo A.